¿Cómo aprovechar el potencial de la IA?
¿Sientes que deberías hacer más en menos tiempo? Con la llegada de la IA, las comparaciones son odiosas y es frecuente el martilleo mental en forma de autorreproche: si no estás ocupado todo el tiempo tu rentabilidad está en duda o en riesgo. Si te reconoces ahí, te diré que ese pensamiento tiene la categoría de fenómeno y se denomina «paranoia de la productividad». Pero, ¿cómo evitar caer en esa trampa mental? ¿Cómo superar la obsesión por la productividad? ¿Cómo aprovechar el potencial de la IA?
Resulta fácil cuantificar la productividad cuando se trata de trabajos rutinarios, pero es infinitamente más complicado cuando el trabajo está relacionado con el conocimiento.
Jensen Huang, CEO de Nvidia, en su última conferencia en Japón afirmaba: «La IA no sustituirá el trabajo del 50% de las personas, hará el 50% del trabajo del 100% de las personas». Según tu tesis, parece probable que la IA no pueda hacer el trabajo de una persona humana porque la IA acomete tareas, no «trabajos completos». Pero también es cierto que en algunos casos es posible una sustitución (atención al cliente, conductor de coche) y que también el efecto «somos más productivos, o se hacen más cosas o sobra gente» tenga un impacto notable.
En este sentido, tal vez te ayuden un par preguntas bomba que suelo hacer cuando acompaño a personas en la mejora de sus competencias profesionales: ¿para qué trabajas? y sobre todo: ¿para qué te pagan? El día a día, lleno de tareas urgentes que propician el olvido de nuestra auténtica misión y propósito. Hoy te propongo desactivar la tendencia a replicar comportamientos estériles con una serie de consejos:
1. Usa el tiempo a favor
Deja que tus resultados hablen por ti. Evita el miedo a «no parecer productivo» que te va a meter en reuniones que no aportan nada, deja de calentar la silla. Si el trabajo está bien hecho, no necesitas llenar tus horas con tareas innecesarias. Usa la IA para redactar ese informe que antes tardabas una semana en completar, con su ayuda puedes hacerlo en menos tiempo. En lugar de revisarlo una y otra vez o añadir detalles innecesarios, envíalo cuanto antes.
Recuerda: mejor hecho que perfecto.
2. Confía en los resultados
Si entras en el estado de «sobreocupación» lo normal es que te de un pico de cortisol o caigas en la «parálisis por análisis». Hacer las cosas sin estrés no significa que no te importen, se trata pensar de manera inteligente. Dedica parte de tu tiempo a afilar tu hacha, a la innovación, al crecimiento a explorar áreas de desarrollo, perfeccionar habilidades técnicas o participar en proyectos que realmente aporten valor.
Lo decía Simon Sinek «Stick to the process»
3. Mide el impacto
Deja de medirte por el tiempo, por las horas trabajadas y hazlo en función del impacto de tu trabajo. Cuando decimos que sí a todo, sin enfocar ni priorizar, muere el impacto. Donde no hay colaboración y hay competencia feroz también muere el impacto. Donde hay queja y no hay relevancia muere el impacto. Donde prima el «siempre se hizo así» y no hay innovación, muere el impacto.
Da y pide feedback es una gratis.
4. Haz de la IA tu aliada, no tu enemiga
Quiero pensar que la IA no está para reemplazarme, sino para potenciarme, quiero pensar que no es una amenaza, sino una herramienta a mi servicio para liberar mi creatividad y enfocarme en aquellas tareas que nada ni nadie hace como yo: talento, sensibilidad, imaginación, intuición, emoción, experiencia.
En lugar de dedicar horas a tareas repetitivas como picar datos, utiliza la IA, automatiza el proceso, y enfócate en la estrategia que impulse el crecimiento de tu negocio. El trabajo del conocimiento es estratégico y el valor humano insustituible.
5. Cambia el foco: Del input al output
Los trabajos del conocimiento son más complejos y abiertos que los rutinarios de la era industrial, de los cuales provienen los sistemas de gestión que muchas empresas siguen utilizando todavía, y esto es un anacronismo. Ya lo decía Peter Drucker respecto a la productividad de los profesionales del conocimiento, en tanto que no puede evaluarse únicamente en función de la cantidad de «cosas» (output) que hacen en un período de tiempo determinado (input).
Son muchas las personas y las empresas que piensan en términos de tiempo invertido como medida; con la llegada de la IA ese enfoque salta por los aires, olvídate de las horas que debes trabajar, piensa que cuantas menos mejor. ¡Cambia el valor! Si antes te medías por el número de reuniones en las que participabas, ahora piensa: ¿qué decisiones importantes voy a tomar a partir de ellas? Seguro que eliminas un montón.
La calidad es lo importante pero no a costa del tiempo infinito. Aplica la IA, es más lista que tú y yo juntos. Recuerda la regla del 20/80. Menos es más.
6. Comunicación transparente y confianza con tu equipo
Recuerda que un entorno donde se valora la productividad real requiere, colaboración, confianza mutua con tus líderes y comunicación, hazlo de manera abierta, no tengas miedo en mostrar que x tarea ha sido completada con ayuda de la IA, siempre y cuando el resultado sea de alta calidad. En este sentido, recuerda que por muy entrenada que la tengas, siempre, siempre has de revisar el resultado que te ofrece. En el mejor de los casos será de un 80% del trabajo, que ha de ser completado con ese 20% esencial de supervisión por tu parte.
Hay un sinfín de recursos para ello, en el post anterior te lo mostraba. Aprovéchate de FUNDAE para mantener la competitividad de tu organización, mejorar la calidad de las relaciones con tus clientes y cuidar a tus empleados.
En definitiva, trabaja de manera más inteligente, no más dura.
Cambia la mentalidad de “estar ocupado” por la de “ser eficaz”. Aprovecha el tiempo excedente en aburrirte, de vez en cuando, sin móvil ni rrss, es muy saludable, incluso creativo e impactará positivamente en tu bienestar.
Las empresas han de ser conscientes de que para sobrevivir ya no basta con ser eficientes o fabricar productos de máxima calidad, ni siquiera con tener ideas innovadoras porque lo realmente necesario e imprescindible, es la capacidad de responder con velocidad a los cambios del entorno, recuperarse rápido de las adversidades y desarrollar mejores formas de hacer negocios bajo presión, y aprender en el proceso: la resiliencia de las organizaciones.
Aquí el link de la presentación completa de Jensen Huang, en youtube: https://lnkd.in/drHGPYTJ
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