Las competencias del liderazgo creativo a las que me refería el anterior post «ego te absolvo»  son conductas claves para el ejercicio de un liderazgo honesto, global y efectivo.

La conducta es acción, hábito, comportamiento; habilidades que revelan cómo te comunicas y relacionas con los demás, tu estilo de dirección, si te ocupas de tu crecimiento, si fomentas el desarrollo de tu equipo, si actúas con integridad, en coherencia con tus valores, en definitiva, si mejoras tu sistema, el de tu organización y el de planeta en el que habitas.

Como decía Stephen Covey “no se puede gestionar aquello que no se puede medir” así que para medir estas habilidades, para poder gestionar y desarrollar del liderazgo, yo utilizo la herramienta 360º TLC. ¿Por qué? Porque me permite acceder a información desde múltiples perspectivas y distintos niveles, respecto al liderazgo real de una directiva o directivo. Es decir, cómo se considera a si misma la líder o el líder. Su visión es una capa, un nivel al cual le sumamos cómo le ven sus pares, cómo le perciben sus superiores, cómo le considera el equipo con el que trabaja y aquellos que reciben sus órdenes. Por eso se llama 360º, porque es una visión desde todos los ángulos posibles. Imagina una cebolla: cada círculo de influencia es una capa de información respecto a como ejerces tu liderazgo. 

Después de probar distintos 360º, TLC es el que más me gusta con diferencia, la considero además de una herramienta una metodología pues va más allá de una foto, revela el “sistema operativo del líder”, las creencias internas que dirigen su comportamiento. Es información real del nivel de pensamiento, donde emergen el conjunto de creencias internas afectan o infectan a nuestro comportamiento externo, lo cual se traduce en un estilo de liderazgo  x o y, productivo o improductivo.

Es información muy valiosa, tanto por los datos que aporta como por los gaps o brechas que subraya: la diferencia respecto a la visión de uno mismo frente a la percepción de los demás.

Es un «resonancia magnética» y al mismo tiempo una hoja de ruta para ayudar al líder a reconocer sus áreas de mejora y subrayar sus talentos y fortalezas.

Dentro de las competencias creativas, existen 4 dimensiones:

1. Relaciones: Nivel de profundidad, vinculo y calidad de comunicación.

2. Auto conocimiento: Nivel de consciencia de tus necesidades, fortalezas y debilidades.

3. Autenticidad y coherencia: Nivel de integridad. Compromiso con los valores y la visión.

4. Consciencia Sistémica: Nivel de superación del ego. Compromiso con la organización interna y con el sistema. 

Relaciones:

• Dimensión que analiza el vínculo y nivel de comunicación de los líderes con las personas de la organización.
• Analiza en qué medida la cultura de la empresa construye relaciones de calidad, colaboración y trabajo en equipo, si desarrolla a las personas, su nivel de habilidad interpersonal y si involucra a la gente en la planificación y toma de decisiones.

Autoconsciencia:

• Es una medida de madurez . Mide en qué medida el liderazgo estimula el desarrollo personal.
• Analiza el grado en que la conciencia interior se expresa con integridad en el liderazgo.

Autenticidad:

• Nivel de relación íntegra y coherente. Analiza si el liderazgo es mera apariencia, si se encuentra encubierto por la política organizativa, por ganar aprobación, etc.
• Señala también la capacidad de adoptar posiciones difíciles, de sacar a relucir tabúes, de tratar abiertamente problemas de relación, compartir opiniones…
• Es mostrar vulnerabilidad. Implica ser valiente y lidiar, de manera sincera y directa, en situaciones de grupo e individuales.

Consciencia Sistémica:

• Evalúa el alcance en que los líderes ofrecen su liderazgo a los demás.  
• Es la relación entre el bienestar a largo plazo de la comunidad y los intereses de la organización.
• Es el nivel de visión y compromiso para la mejora de la organización y del planeta.

Las consideraciones del liderazgo creativo difieren respecto a los parámetros clásicos de liderazgo. Aunque están en sintonía, éstas competencias aportan profundidad, información desde múltiples ángulos y eliminan los filtros de los distintos niveles de consciencia.

Después de estudiar, compartir, escribir y experimentar distintos niveles de liderazgo, mi conclusión es que no podemos ser líderes solo en un área de nuestra vida.

El liderazgo es una actitud, son acciones, una elección, un compromiso, adquirido con información, pasión y consciencia.

¿Y cómo podemos incrementar la consciencia?

Comparto contigo 10 claves extraídas de un maravilloso post del maestro Carlos Goga que puedes leer aquí:

1. Alinea todo lo que puedas tu vida personal y tu vida profesional.
2. Estudia para cultivar y amplificar tus dones. Construye talentos a su alrededor.
3. Practica la escucha profunda. Mantente abierto en cada situación y en cada relación.
4. Identifica los conflictos. Aprende a manejarlos con delicadeza para revertirlos en aprendizajes.
5. Aproxímate a cada conflicto con paciencia, suspendiendo la voz del juicio y del cinismo, sin miedo.
6. Construye alianzas, desde lo más profundo, en favor de un mundo más hermoso y mejor en el que todos ganemos.
7. Construye relaciones en las que si ganas tú, ganamos todos. Huye de cualquier situación en la que si ganas tú, perdemos los demás.
8. Cultiva en ti principios, del “triple win” y “la triple p – people, planet y profit”.
9. Medita cada día. Te ayudará a trascender el ego, a conectar contigo y con el mundo del que formas parte. 
10. Y por último lo primero: Men sana in corpore sano. Lleva una vida equilibrada, mejor simple que sofisticada, una alimentación sana, más bien espartana, aderezada con deporte y naturaleza, para confiar y canalizar la fuerza del cuerpo cuando realmente sea necesario. 

«El liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad». 

Warren Bennis

¡Te deseo un día nutritivo y muy creativo!