El inicio de un nuevo año nos brinda una valiosa oportunidad, la de reflexionar, hacer balance de logros pasados, analizar nuestra evolución personal, profesional, revisar metas, objetivos, retos por cumplir; dibujar sueños e ilusiones que alimenten nuestro presente en post de un futuro cercano y alcanzable. El liderazgo es un viaje.

Esta práctica nos permite acotar los desafíos anteriores, actualizarlos, valorar si el camino que realmente estamos andando es el coherente con quien somos a día de hoy; incluso compararlo con el que dibujamos años atrás, el mapa no es el territorio, tal vez nos sirva el del 2023 o tal vez, necesitamos uno nuevo.

Este es mi caso, necesito un nuevo mapa porque el anterior es más bien un pergamino. Lo sé, lo siento y estoy dispuesta a pagar el peaje del cambio, la incomodidad de lo nuevo, la incertidumbre y también una sensación renovada de propósito, coherencia y optimismo.

Desde mi punto de vista el liderazgo no tiene que ver con el cargo, cualquier persona puede ser y debe ser un líder, al menos de su vida, que no es poco, lo cual significa tomar las riendas creativas de tu existencia, ser consciente de tu responsabilidad en este sentido.

En el contexto empresarial, abrazar nuevos comienzos se traduce en nuevas estrategias enfoques innovadores y un compromiso renovado y firme con el crecimiento profesional. Establecer metas realistas, respaldadas por pequeñas acciones diarias, es una táctica que si alinea con la filosofía de construir pequeñas prácticas sostenibles, o hábitos atómicos como así los define el experto James Clear en su libro.

Consideremos, por ejemplo, la aspiración de ser un profesional más actualizado; esta meta se puede desglosar en hábitos diarios prácticos, como dedicar tiempo diario a la lectura, digamos 30´y compartir conocimientos periódicamente en Linkedin, una vez por semana, con ello además generas conexiones y conversaciones.

La creación de sistemas repetitivos y el establecimiento de metas diarias alcanzables nos ayudan a no sucumbir al statu quo anterior, aférrate a las fechas como hitos de renovación donde impulsarte y crecer.

En el viaje hacia el liderazgo, la chispa inicial con la que comienza todo, no está afuera, sino en tu propio ser. El verdadero liderazgo comienza en el corazón y la mente de cada individuo. En el corazón de los nuevos comienzos se encuentra la capacidad de abrazar metas ambiciosas.

Pensar no vencerá al miedo, pero la acción sí lo hará.
— W. Clement Stone

El momento perfecto para estos “renaceres” parece estar intrínsecamente vinculado a fechas significativas: el inicio de un nuevo año, una estación, septiembre, el comienzo de un curso, un cumpleaños o aniversario. Es durante estos períodos que nuestra psique parece estar más receptiva a la transformación.

Los nuevos comienzos aumentan la motivación para cambiar porque le dan borrón y cuenta nueva a la impresión de lo que somos” es efecto de los “nuevos comienzos”, concepto que exploran Katy Milkman y Angela Duckworth en su libro “How To Change”.  Nos distanciamos de los fracasos pasados. Nos sentimos como una persona diferente y miramos con confianza el futuro.

Recuerda que la vida biológica es una constante renovación y el día que no suceda significará que estás muerto.

Mientras hay vida hay esperanza.