Ego te absolvo (1 de 2)
Hoy aporto mi granito de arena en base a una utopía, «Ego te absolvo», me refiero a anular la frontera que nos separa del mundo y difuminar la percepción de uno mismo, a través del desarrollo del liderazgo. Permíteme antes unas líneas de historia y contexto.
Desde Marx hasta hoy, estudiar la génesis del capitalismo ha sido paso obligado para activistas, académicos y líderes, convencidos de que la primera tarea en la agenda de la humanidad es la construcción de una alternativa a la sociedad capitalista, desarrollada en base a un modelo de producción cortoplacista, enfocado en el control, tareas y resultados, bajo el lema: “o eres parte del sistema o estás contra él”. Un modelo poco humano, desconsiderado con las personas, el entorno y sus relaciones.
La tecnología, la globalización, la explosión demográfica, las migraciones, la diversidad creciente , la comunicación y otros muchos factores del siglo XXI, han sacudido el mito de la estabilidad en el que se apoltronan las empresas tradicionales, cuyos dioses son la competitividad, los beneficios y el crecimiento desbocado. Modelos anclados al poder, a la jerarquía vertical, al status quo y al ego.
El prefijo griego ego significa amor exagerado y excesivo por la propia persona y/o que no tiene en cuenta al los que le rodean
Tal vez nos parezca un modelo caduco y superado, pues se inició con la Revolución Industrial, en 1750, y ya ha llovido mucho desde entonces. Sin embargo escribo hoy este post como testigo directo de la vigencia y permanencia de esos viejos paradigmas, en la mayoría de las empresas actuales. ¿Resistencias? ¿Miedo al cambio? ¡Sin duda! Y la bandera siempre izada de que “si algo funciona para qué cambiar”. Y lo que funciona es la mera supervivencia. ¿Dónde está la evolución, la innovación y el aprendizaje?
El 90 % de las empresas españolas son familiares y generan el 60% de la producción privada del país y también el 70% del empleo. Muchas de esas empresas, están aferradas a la tradición y les cuesta terriblemente asumir e implementar cambios. Decía Oscar Wilde: «La gente que se resiste al cambio no puede resistir cambiar a peor».
Este tipo de organizaciones resistentes al cambio, con jerarquía vertical y políticas de sillas calientes, entienden al capital humano como «fuerza de trabajo». Ven recursos humanos, en lugar de humanos con recursos. Empresas que no se cuestionan su modelo, el poder ni las estructuras que lo sustentan.
Se innova en tecnología, en informática, en gestión de redes sociales… Es decir la «innovación» se produce a nivel externo, lo cual es un mero restyling. Si quieres mejorar el rendimiento de tu coche ¿le haces quitas los bollos de la chapa y lo pintas? Con eso «cambios» estéticos, externos, ni correrá más ni funcionará mejor.
Este es modelo AQAL de Ken Wilber en el que se aprecia los cambios externos vs chapa y pintura vs los cambios internos.
¿Para qué cambiar? Pues es que no queda otra. Para que puedas, podamos, seguir existiendo como sociedad. Para que te vaya mejor en tu empresa, que tu crecimiento sea sostenible, que tus empleados estén más felices y por ende produzcan más y mejor. Para que reduzcas o elimines el absentismo, disminuyas tus costes, retengas el talento, pagues con “salario emocional”. En definitiva, para que puedas abordar la complejidad y la velocidad del mundo de hoy. Esto del cambio no es una moda, el cambio ha venido para quedarse
No obstante y parafraseando a Groucho Marx: si estos principios no te convencen, tengo otros. Ahí van:
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El 40% del retorno de la inversión está correlacionado con la efectividad de liderazgo.
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La efectividad de liderazgo esta correlacionada con el nivel de consciencia individual y colectiva.
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A mayor consciencia de los líderes, mayor efectividad de liderazgo y mejores resultados económicos.
La construcción de alternativa a un modelo de gobierno político y económico, tal vez no sea tan disruptivo; es tan solo evolución hacia un modelo de producción largoplacista, sostenible y creativo, enfocado las personas, el entorno y sus relaciones.
Evolucionar el liderazgo supone evolucionar el nivel de consciencia
Pero siempre nos encontramos con el mismo muro de hormigón: el ego humano, la fuente que alimenta la separación. Creemos que sin él perdemos el poder, el norte, el control, la jerarquía, la columna vertebral de la empresa, y entonces se nos apodera el miedo, la incertidumbre, como si el futuro ya estuviera escrito.
Sin embargo, la vida nos demuestra que cada nueva etapa evolutiva incluye a la anterior. Evolucionar es superar el estadio egocéntrico, trascender al ego, sin necesidad de excluirlo. Evolucionar es ir más allá, a un estado superior de consciencia.
La puerta del cambio se abre desde dentro
Hay mucho escrito sobre estilos de liderazgo, con los que encontrarse y también perderse ¿El líder nace o se hace? De mi experiencia en las empresas con las que colaboro en desarrollar su liderazgo a través de la formación y el coaching ejecutivo, observo básicamente 2 modelos operativos bien distintos:
Modelo Reactivo: Son estilos de liderazgo que anteponen la precaución a la creación de resultados, la protección a uno mismo al interés productivo, y la agresión al alineamiento. Estos estilos auto-limitantes insisten en centrarse en la aprobación de los demás, la protección de uno mismo, y la obtención de resultados a través de tácticas de alto control.
Modelo Creativo: Se ejercen competencias que logran sacar lo mejor de los demás, liderar con visión, poniendo el acento en el desarrollo personal, actuando con integridad, estimulando y mejorando los sistemas organizacionales internos y externos. Desde aquí emergerán a la superficie oportunidades de desarrollo clave. Es un enfoque que aumenta la consciencia interior que es la que a que genera la acción y nuestro comportamiento exterior.
¿Podemos construir otras formas de convertir los retos del nuevo mundo en oportunidades?
Quiero pensar que si, aunque no con las mismas herramientas de 1750. Con un estilo de liderazgo basado en las competencias creativas arriba mencionadas. Con visión, pasión, convicción y consciencia para superar la adolescencia empresarial, las jerarquías verticales y piramidales. Con estructuras horizontales, espacios de confianza y poder personal. Con un liderazgo 360º, global e integrador, con el que superar el estadio egocéntrico y transitar hacia nuevas formas de gestión, relación y organización. Cooperación vs competición, creación vs reacción, cambio vs resistencias, evolución vs involución. Son claves para ejercer un liderazgo creativo y absolver al ego.
Espero que te sean útiles estos principios. Te cuento más en el proximo post!
Hasta entonces me despido como siempre, con una cita, hoy de Jaime Balmes:
«Las circunstancias cambian la lógica»
¡Te deseo un día muy creativo!
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